
Piel sana desde dentro: ¿Qué nutrientes fortalecen realmente tu piel sensible?
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Una piel sana empieza desde dentro: Nutrientes para la barrera cutánea
Tu piel es mucho más que lo que ves en el espejo. Te protege, regula la temperatura y la hidratación, y reacciona a todo lo que le das, tanto externa como internamente. Especialmente para pieles sensibles o irritadas, confiar solo en productos para el cuidado de la piel a menudo no es suficiente. Lo que le aportas a tu cuerpo a través de la alimentación y el estilo de vida también es crucial.
En este artículo, aprenderá qué vitaminas, minerales, grasas saludables y otros nutrientes pueden ayudar a la barrera cutánea y mejorar de manera sostenible el aspecto de su piel.

1. Fluido: la base de una piel sana
Una piel bien hidratada es más elástica, resistente y menos propensa a la sequedad o la tirantez. La piel sensible, en particular, suele ser la primera en reaccionar a la falta de hidratación.
Beber entre 1,5 y 2 litros de agua o té sin azúcar al día ayudará eficazmente a la piel a retener la humedad. Los alimentos ricos en agua, como los pepinos, los calabacines o los melones, también son un buen complemento.
2. Grasas saludables: protección y regeneración desde dentro
Los ácidos grasos esenciales, especialmente los omega-3, tienen efectos antiinflamatorios. Ayudan a reducir el enrojecimiento, fortalecer la barrera cutánea y mejorar la elasticidad de la piel.
Puedes encontrar estas grasas, entre otras cosas, en:
- Semillas de lino y semillas de chía
- Nueces
- aceites de alta calidad como el aceite de cáñamo o de linaza
Si incluyes regularmente estos alimentos en tu dieta, mejorarás notablemente la elasticidad y firmeza de tu piel.

3. Vitaminas para la renovación y la luminosidad.
Las vitaminas son esenciales para la regeneración, la formación celular y la protección de la piel. Tres vitaminas merecen especial atención:
Vitamina C: Promueve la formación de colágeno, protege las células cutáneas del estrés oxidativo y contribuye a una textura uniforme. Se encuentra en pimientos, brócoli, bayas y cítricos.
Vitamina A (betacaroteno): Regula la renovación cutánea y es especialmente beneficiosa para la piel seca o escamosa. Se encuentra, por ejemplo, en la zanahoria, el boniato, la calabaza y la espinaca.
Vitamina E: Protege contra la radiación UV y favorece la regeneración celular. Se encuentra en almendras, semillas de girasol, aguacates y aceites vegetales.

4. Minerales para una apariencia de piel estable
Ciertos minerales también son esenciales:
- Zinc: Favorece la cicatrización de heridas y tiene efecto antiinflamatorio.
- Selenio: Protege las células de la piel del estrés oxidativo.
- Cobre: Importante para la elasticidad y la formación de pigmentos.
Puedes encontrar estos minerales en legumbres, frutos secos y productos integrales, entre otras cosas.
5. La conexión piel-intestino: probióticos y fibra
Un intestino sano es la base de una piel sana. Los alimentos probióticos ayudan a equilibrar la flora intestinal y a reducir la inflamación de la piel.
Especialmente recomendado:
- Yogur natural (de origen vegetal)
- chucrut
- verduras fermentadas (por ejemplo, kimchi)
- Alimentos ricos en fibra como la avena, las verduras y las legumbres.

Cuidado externo: Quellmed Skincare
Si bien la nutrición proporciona una base sólida, la piel sensible necesita un apoyo externo adicional. Los productos Quellmed combinan ingredientes de origen natural con agua de manantial curativa con 21 minerales.
Nuestra crema de manos, actualmente en desarrollo, combina esta agua con aceite de almendras nutritivo y manteca de karité nutritiva, para un cuidado calmante e hidratante sin aditivos irritantes.

Conclusión
La piel sensible no se puede mejorar solo con productos externos. Una dieta específica y rica en nutrientes es clave para un cuidado cutáneo sostenible. Si quieres una piel más equilibrada a largo plazo, empieza por lo que comes a diario y complementa tu rutina con productos naturales y compatibles como los de Quellmed.